Me perdà tantas veces a lo largo de la vida, me perdà en la soledad, la oscuridad y ahora vago por esta habitación pequeña de una sola ventana que es tapada por las mil cartas que dejé pegadas para que ni una sola luz asome su alma hacÃa mi.
Me he perdido tanto en mi, ya no sonrió por lo mismo y he abandonado todo el amor que tenÃa a esta pluma que me regalaste en una tarde cuando caminábamos por el callejoncito que nos lleva al pequeño café que visitamos cada noche de viernes después del trabajo, creà que esas ganas de escribir mil cuentos para ti perdurarian aún si tú no estabas, pero vaya equivocación, hoy no puedo siquiera ver un pequeño cuaderno con nuestro sÃmbolo de atrapasueños, los pequeños que pintamos alrededor de las paredes de la habitación que un dÃa compartimos.
Entrar a este lugar y estar rodeada de recuerdos me duele más que cada foto impresa en cada carta que redactadas con pequeños poemas porque éramos una constante competencia por ver quién podÃa escribir algo más bello el uno del otro. Siempre ganas porque hacÃas lo posible para robarme suspiros y anular mis palabras con un poco del amor que llegaste a sentir por mi, entrar aquà carcome todo eso que alguna vez juramos sentir pero ya no está, se quedó en las cartas, en los mensajes, en las dedicatorias de mil libros que intercambiamos con la esperanza de que algún dÃa nuestro hijos leyeran esas pequeñas frases de amor del uno hacÃa el otro, cuando nos amabamos e Ãbamos contra el mundo por algo que todos decÃan no podÃa ser.
Ahora solo veo un cuarto vacÃo, oscuro que apenas recibe un rato de luz de luna por las noches, dónde lo único que se ve es mi silueta en aquel vestido blanco que me regalaste, caminar y sentarme en el mismo tapetito de bordados que hicimos entre los dos, el de color azul, y abrir tus cartas tan bonitas que siempre terminan en un "te amaré toda la vida". Este pequeño cuarto con la cama tendida y las paredes manchadas de olvido, el guardarropa a la mitad porque es muy grande sin tus cosas, sin ti y todo el amor que hacÃamos aquà y en algunas ocasiones por otros sitios de este pequeño lugar.
Quisiera enviarte de regreso las millones de promesas pero está claro que cartas mÃas no quieres, querido. Déjame decirte que está noche sufro como en ninguna otra por esta carta que te escribo porque todo me recuerda a ti.