En Honor de todas las: Adamas, Adamantos - D.R. José Eduardo Sánchez Padrón

abril 02, 2019

En el parque, sentado en mi banca favorita. De pronto mi  mirada perdida en la nada se ve interrumpida por un ruido de unos tacones, a lo lejos veo una figura femenina que alegremente toma la pequeña mano de una niña, una mano frágil y tierna, se detienen, se miran, la Mujer le devuelve una sonrisa, al momento capto que es su hija, (hay miradas que revelan lo que somos, fuimos o seremos); y en su rostro se dibuja una historia; una historia donde ella es  sin duda la vencedora.

Al volver a casa enciendo la luz, dejo las llaves sobre mi escritorio, me recuesto en mi cama.



Todos los días sale de su casa con el deseo de ser mejor persona, de lograr una nueva historia para ella y su "gran motor", como a su pequeña hija llama;  después de dejar el desayuno listo para su hija, con un beso en la frente se despide y entonces siente  un nudo en su garganta, un peso sobre excedido sobre sus pies le inmovilizan, los latidos de su corazón a punto de taquicardia hacen que su cuerpo sude: "Pórtate bien amor, y se una gran niña en la escuela". Con esa frase rompe la primera línea y se embarca a su trabajo. Ella sabe que es casi como un despojo dejar a su pequeña, es como dejar medio corazón.
Todo lo que ha hecho ha sido en gran medida por Ella. Lo que ha dejado de hacer ha sido por Ella.

Ha pasado por momentos de ruina, donde su trabajo no ha sido valorado, momentos de desgracia donde lo ha perdido todo (si es que algún día tuvo algo), ha sido desprestigiada por actuar con rectitud, por comportarse a la altura, por no aceptar sobornos, por llevar una vida con moral, donde el trabajo y el esfuerzo son sus estandartes, simplemente por ser Mujer.

Duramente castigada por haber nacido Mujer, por ser un peligro de éxito para sus "patrones", para sus compañeros de trabajo que se ven atemorizados por su grandeza, no pueden creer que hay grandezas que se fundamentan en la nobleza, el honor y el amor por las cosas hechas con entusiasmo.

Así son en el mundo.

Es despojada de todo lo que le pertenecía por ley.

¡Destruyámosla! Decían en coro.

¡Ella es un peligro para nuestra mediocridad!

¡Siempre nos grita con su actitud de excelencia lo poco que nos esforzamos! ¡Que incomoda es!

Una serie de vituperios, de blasfemas, injurias, falsos testimonios fueron lanzados contra ella.
Golpearon su corazón.
Y lo quemaron.

Su corazón quedo enterrado.

Exclamaron todos: Bien ya está destruida, ya no tiene belleza alguna. Ya no representa un problema a nuestra vida.

Pero no es así.

Poco a poco, su Corazón se reconstruye. El pensamiento en su "gran motor" le da vida.
Estando enterrado su corazón es sometido a grandes temperaturas por la Madre Tierra, es doloroso, es incómodo, es muchas veces insoportable, las lágrimas son algo imposible de detener, muchas veces quiere desistir, ya no quiere, ni siquiera puede.

Entonces, un día, donde toda esperanza y fe se han diluido como el agua de un río en el mar, empieza a sentir un terremoto, algo está sacudiendo su estancia ahí, hay un movimiento que empieza a darle temor, se acabó el dolor, pero la incertidumbre de lo que está pasando es también insoportable, empieza a gritar, las lágrimas se derraman, no puede comprender, se siente confundido; empieza a ser levantado, y con un gran estruendo y fuerza es expulsado.
La calma retorna, aun así no entiende donde esta.
Siente una mano que le levanta, con temor lo observa, debe ser alguien bueno porque le pone en un estuche y le carga con sublime reverencia.
De pronto se siente en un lugar oscuro y silencioso, pero confortable, sin temor.

Observa con cuidado y delicadeza cada punto de ese lugar donde se encuentra. Ya no siente temor.

Algo paso.

Algo está pasando, pero sin duda es algo bueno.

De pronto se mira en un espejo.

¡No lo puede creer!

¡Es algo tan hermoso, bello, inimaginable, sublime, celestial!

¡Se asombra! lágrimas de alegría recorren sus mejillas!

Se conmueve a tal grado de llorar toda una noche.

Lo comprende todo ahora y sonríe con una alegría nacida de lo más profundo.
Todo el dolor del pasado se vuelve insignificante.

¡Se ha convertido en un Diamante!

... De pronto un sonido despierta mi cuerpo. Una llamada en mi celular que me vuelve a la realidad, a mi realidad, a otra realidad.

Sonrió y cierro mis ojos.

Veo la silueta de la mujer que por la tarde mire en el parque. Me mira sonriendo

Esa es su historia, la historia de muchas Mujeres, que son como diamantes.

A ellas rindo mis honores.

Las palabras se quedarían cortas. Simplemente son admirables.
A todas esas Grandes e Invencibles Mujeres les honro en lo escondido de mi escrito.

A ustedes que son capaces de levantarse de cualquier derrota. A ustedes que son capaces de volver a Amar aun cuando fueron traicionadas. A ustedes que nada ni nadie les detiene. A ustedes que con admirable tesón y alegría se levantan cada día para dar cobijo y alimento a sus hijos. A ustedes que día con día cambian los pronósticos de derrota en victorias.
A ustedes Diamantes: ¡Gracias!

Nota del autor: Decido usar la palabra diamante que aparte de su belleza única, viene del griego: "adamas, adamantos" que significa Invencible, Indestructible. Para mí no hay una palabra mejor que les describa.

Después de mucho tiempo sin escribir, decido hacerlo hoy 20 de Julio
Y hoy no será como siempre, dedico esta obra a todos aquellos diamantes que día con día iluminan mi vida y mi ser.


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