Cuando te Conocí | Annette Alizée

junio 10, 2019

Extraño nuestras platicas, esos momentos en los que acordabamos vernos en la fuente de la plaza más bonita de la ciudad a más 11:00 de la mañana, extraño ponerme nerviosa y llevar el vestido más bonito que tuviera para que tan solo en una oportunidad te pudieras fijar en mi más que como tú amiga. Me encantaba verte cuando caminaba hacía a ti y sonreías como si fuera la única persona con la que quisieras pasar la vida, me encantaba verte sentado mirando el cielo azul que resaltaba gracias al viento gélido de los días de invierno y que se suavizaban un poco por el sol de la mañana y el deslumbrante calor de un sentimiento escondido que era mutuo en todo momento pero que perduran en nuestros corazones.



Extraño esas llegadas temprano, ver el paso del sol en las mañanas sentados en una mesa hablando de la vida, de tus gustos, opiniones, sueños y fantasías, y que me platicaras del libro que acababas de leer y que viste una nueva película que posiblemente me encantaría. Extraño nuestros planes improvisados de la noche anterior para buscar un pretexto de poder vernos aunque fueran cinco minutos y compartir interminables risas y desear abrazarnos un largo rato aún sin ser nada pero siendo todo a la par, y quisiera volver a sentarme en esa mesita que a mitad del día era iluminada a medias por el sol y la otra cuidaba tan cautelosamente la pequeña proporción de sombra que buscábamos y nos unía un poco más, poder verte al verme y comprender esa mirada en la que expresabas amor y ganas de estar conmigo aunque sea solo cinco minutos a lo largo de este camino tan majestuoso llamado vida... Y me encantaba verte y tener esas ganas tan inmensas de abrazarte y darte ese primer beso que jamás podría a ver sido más perfecto, sentirte cerca y poder tomar tu mano no solo para cruzar las calles y tener que soltarla al instante por miedo a que creyeras que podría arruinar nuestra amistad con un sentimiento.
Extraño esas mañanas a las 11:00 horas donde quedábamos de vernos sentados en una banquita del centro, viendo palomas comer y caminar por el pequeño apartamento de concreto que quedaba cerca del lugar, y caminar por los frepos que unen la ciudad antigua, extraño tanto esas pequeñas sorpresas que tenías conmigo por las mañanas y los mensajes de buenas noches antes de dormir, el tomar un café y tomarnos de la mano mientras nos veíamos a los ojos y decíamos lo mucho que nos amábamos sin hablar, y las constantes risas sin sentido que decían alocadamente que queríamos estar cerca.

Extraño esos momentos donde caminábamos horas por la ciudad conociéndonos, escuchando canciones indirectamente dedicadas y decías escuchar una nueva y compartíamos los audífonos mientras observábamos la ciudad y sus contextos, mientras unas hablaban de confesiones y otras de amor, y competimos por encontrar la canción más bonita que nos recordara a ambos, siempre ganabas pero se sentía bien, bien saber que alguien buscaba una razón pequeña para compartir contigo el mejor instante, la mejor sonrisa, y que con pequeñas flores hiladas se encargaba de enamorarme porque sabía que en un promedio de mujeres era un poco diferente, extraño que te interesarán mis poemas, mis textos a la luna y que te encantará cuando decía ser una con la naturaleza, pero extraño más tus ademanes, tus manías y tus palabras inventadas para que me riera antes de entrar al trabajo, extraño poder tomar tu mano al final del día y decirte que te amo y ver esa sonrisa que tanto me ha enamorado a lo largo del tiempo.

Extraño tanto al hombre que soñaba con algún día recorrer a pie todo aquel lugar donde pudiéramos ver el amanecer, al que le encantaba leer y el café por las mañanas, al que le gustaba tomar mi mano y se ponía nervioso, al que sonreía con solo leer un pequeño fragmento de esto que llamo poesía de amor.

Pero supongo que al pasar los días las risas sin sentido se acaban, el amor cambia y todo queda como un recuerdo nostálgico que ataca la mente en cada momento en el que te encuentras lejos y me hace preguntar si haz cambiado o si fue una falsa imagen para llegar al corazón más roto que el universo trató de unir en algún momento...

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