Quiero contarte un poquito sobre él, él motivo de mis sonrisas cada día y por quién me emociono tanto cada que lo veo o recibo un mensaje.

Jamás en la vida había tenido una experiencia de este estilo, si bien había tenido parejas de años, donde nos conocíamos "bien", con quienes platicaba algunas cosas, o esa pareja con la que creías que había sacado lo mejor de ti pero seguía existiando una ligera barrera que ambos no entendiamos, y creías que quizá con todas las cosas sería igual y que ese "clic" realmente no existía porque a veces se cree que el amor es costumbre y comunicación. Vaya manera de pensar hasta que encuentras a alguien que te cambia la vida.

Cuando te conocí, desde el primer momento en que te vi pasar a mi lado, desde la primer conversación que tuvimos, sabía que las ganas de conocerte eran por algo, la confianza de las pláticas de horas siempre fue diferente, con nadie había podido platicar de cualquier cosa, reírme y sentirme tan a gusto, incluso cuando no decimos nada. 

La barrera no existía, jamás existió, con una mirada, o simplemente con verte caminar de un lado a otro me hacía sentir bien, que de alguna manera nos entendiamos sin hacer algo más que estar ahí.

Ahora cada noche me la paso escribiendo de lo feliz que me hace cada momento a tu lado, desde el primer beso que nos damos cada día cuando pasó a verte al trabajo, hasta el mensaje de buenas noches que decimos a veces sin palabras, me encanta cuando nos quedamos platicando por horas, de nuestro día, de cosas varias el incluso de cosas algo pervertidas que terminan por dejar volar la imaginación.

Quién diría que de un momento a otro, que en un solo instante y cuando había mandado al carajo el amor, apareció la persona con quién mejor me he llevado, con quién mejor me he sentido y con quién me encantaría descubrir cada cosa nueva de la vida.

Creo que a todos nos ha sucedido, el cliché de "llegara alguien y te hará cambiar de opinión", pero curiosamente si pasa, y siempre es cuando mandas al carajo el amor y todas las cosas que creías que formaban parte de él, porque después llega el que revoluciona tu alma con miles de cartas bonitas, acciones que cada día te hacen ver qué el destino los puso juntos por algún motivo.

Y ese motivo eres tú.