Jamás hubiese planteado la posibilidad hasta el día en que sonreíste frente a mí y poco a poco te fuiste acercando hasta marcar mi vida con tus labios, sobre los míos.
Jamás me veía a tu lado, es decir, te miraba pero entre tú y yo no había nada, no existía posibilidad alguna, no existía un nosotros y de pronto todo cambio, el día en que por primera vez te sentí tan cerca de mí, el momento en que supe que quería compartir contigo los mejores momentos de mí.

Ahora, si existiera esa pequeña posibilidad, probablemente sería la más feliz y quizá todo entre tú y yo cambiaría, si tan solo existiera un nosotros podría mirar al cielo y no sentir nostalgia, mirar las estrellas y no pensar en aquel momento en el cual perdimos el tiempo, logrando hacer de un instante algo efímero o infinito, todo esto se vuelve tan complicado de explicar si no lo haz vivido; pero en estos momentos he llegado a un gran conflicto en el que me gustaría verte sin problema alguno y así poder olvidar todo esto, pero es imposible. Bastó un momento para que quedase condenada a ti y esperar cualquier oportunidad para volver a tu lado.

Ahora comienza a nacer en mi esa gran intriga, que es lo que he de haber hecho para que alguien como tú se acercara tanto a mí, por qué en estos momentos en lo que no quería saber de las cuestiones del amor, por qué yo... pero no mal interpretes, cualquiera quisiera estar junto a ti y sin importar todo eso, te acercaste a mi, y ahora lo único que me hace falta es que te acerques nuevamente y me digas que nos arriesguemos a algo que probablemente termine por destruir mi corazón o que me haga creer completamente en el amor.