Hubo un pequeño momento de la vida en el que estuve en el limbo, no sabÃa quien era, que querÃa y si serÃa capaz de llegar a algún lugar después de tantas cosas que habÃan ocurrido en tan poco tiempo.
Comenzaban a suceder acontecimientos abrumadores, comenzaba a creer que no serÃa capaz de volver a escribir, de volver a cantar cada mañana de camino a la nada pero con ganas de despejarme de todo lo que pasaba por mi mente. Asà estuve durante unas semanas, acostada en la cama sin pensar en nada, sin ánimos de mirar las pinturas que recorrÃan mis paredes e incluso sin ganas de volver a llorar por algo que comenzaba a consumirme.
Creo que la solución siempre fue escribir, porque un escritor escribe hasta en sus peores momentos, un bailarÃn baila, un músico compone, y asà podrÃa darte miles de ejemplos, pero es que es eso lo que necesitaba y cada dÃa que pasaba en donde no plasmaba alguna palabra, me comenzaba a marchitar internamente.
Es que con su partida ¿Quién tendrÃa ganas de levantarse de la cama con los mismos ánimos de siempre para fingir que esta bien por la vida?
Dejé que me consumiera lentamente, el dolor y el recuerdo de las miles de promesas al aire, palabras que hacen un juego perfecto con las mentiras de un amor que duró menos que un verano. Es curioso como el ser humano prefiere comenzar a destruirse antes de poder afrontar sus sentimientos y reconocer que esta dejándose morir por alguien que ni en sus pensamientos te tiene.
Pero me sucedió y estoy segura que te ha sucedido.
Y cada mañana comenzaba a hacerse más difÃcil, cada salida al café dejaba de ser importante y buen dÃa incluso la inspiración que surge del dolor dejará de estar contigo porque no eres capaz de darle vida a esos miles de relatos que te ayudarán a superar todo lo que traes dentro mientras lloras con la pluma en mano y dejas caer las miles de lágrimas en las hojas, esas hojas que terminarán tostadas por el agua que las rocÃa y se convertirán en una antologÃa preciosa de dolores y recuerdos y muchos llamarán poesÃa.
Y veme aquÃ, escribiéndole a un ingrato para sacar lo poco que me queda dentro y por fin desentenderme de todo el daño que me regaló.
Pero no estoy aquà para hablar de él, él solo lo hace a cada momento. Estoy aquà para decirte que no te abandones como yo me abandoné por un tiempo y decidà mandar todo por una tuberÃa y enterrar todos mis sueños, y cómo una persona es capaz de crear la inseguridad más grande en tu vida, en su esencia.
Si escribiera todo lo que sucedió estarÃa mencionándolo en cada párrafo, no de la misma manera como cuando le escribà poemas o cuando le hice dibujos, estarÃa viéndolo de ambas caras; del daño que ha logrado y de la nostalgia al recordar todo lo que vivimos y no quiero eso. Pero cuando se fue es como si se hubiera llevado todo lo mÃo, mis recuerdos, mis alegrÃas, mi capacidad de escribir a la luz de la luna que entra por mi ventana por las noches e incluso ese amor que le tenÃa al ir a cafeterÃas y después de probar un nuevo café irme a recorrer un museo para ver las obras viejitas que me llevaban a las memorias de los autores.
Cuando se fue, dejé que se llevara mi vida por unos momentos, hasta que un buen dÃa decidà llorar todo lo que jamás habÃas llorado, viendo fotos, leyendo mi diario, saliendo a lugares donde lo que predominaba era el recuerdo, y afortunadamente después de ese dÃa es como si la historia con él jamás hubiera existido, es como si nada me lo recordara, como si hubiera sido todo un sueño que culmina mal, y quizá solo fue eso y estoy narrando el sueño más doloroso de mi vida, pero aprendà en esos dÃas donde mis ojos estaban inundados a cada momento que si quieres sufrir no llegarás a ninguna parte y poco a poco me recuperé.
Aquà no hay un final feliz como en el resto de mis poemas o historias al azar que te cuento por aquÃ, simplemente el escritor debe escribir y con ello liberar todo lo que lleva dentro para desbloquearse.
Quizá esto jamás llegues a leerlo o quizá he decidido compartirlo, de cualquier manera que haya sido creo que esto marca el final de un momento muy triste en mi vida y lleno de oportunidades para crecer y es lo que haremos crecer, escribir y volver a leer miles de historias que hablen de miles de cosas y no solo de amor.