Bajo las Sábanas #3
mayo 19, 2018Y ahora estamos tú y yo como de costumbre, lo único que ha cambiado es que la noche de hoy no estamos en la habitación, sino que hemos decidido recostarnos en el patio trasero para ver pasar las estrellas y que todo quedara como un hermoso recuerdo de cuento de hadas, o al menos eso dijiste cuando tomaste mi mano y la reposaste en tu pecho, y es que no sabes, pero cuando haces eso puedo sentirte de una manera distinta, tan mía, tan tuya y volteas a verme y tus ojos bajo las estrellas son tan diferentes que logran que olvide todo lo malo de mi día y que me recuerdan que siempre que pueda dormir contigo y amanecer a tu lado tengo todo en el mundo o al menos en mi mundo.
Te acercas un poco más a mí y entre más corta era a distancia entre tú y yo sentía como mi corazón se aceleraba y al mismo tiempo quería que el consecuente beso durará lo suficiente para sentir ese momento como algo de toda la vida.
"Te amo", fue lo que dijiste segundos antes de terminar con toda esa tensión y unir tus labios con los míos para crear mi momento favorito de cada noche, ese en el que estamos únicamente tú y yo y las estrellas que se enamoran a nuestra causa. Pero pareciera como si hubieses leído mi mente, pues ese no fue el beso que siempre me dabas sino que este era completamente diferente; más cálido, más tierno y un tanto lento a ratos y en otros se sentía el deseo, pero del beso no pasaba, querías atesorar tanto como yo este momento y tomaste mis manos y una vez que estuvimos sentados las colocaste alrededor de tu cuello y me miraste y nos besamos un largo momento hasta que tuvimos que separarnos por falta de aliento.
"Gracias", dije mientras lágrimas corren a través de mis mejillas, y callaste un segundo para posteriormente preguntar ¿Por qué? Y al mismo tiempo secabas mis lágrimas con la manga de tu playera color azul marino que me recuerda tanto al cielo de México por las noches, y conteniendo el llanto y entre un inmenso suspiro y con poco aliento obtuve la fuerza para responder a tu pregunta.
Te conté cuanto amaba el cielo y las estrellas, y que desde muy pequeña soñaba con conocer a ese hombre que me haría escribir mil poemas, que bailaría a mi lado hasta las más ridículas canciones y que cada noche escucharía conmigo su canción favorita mientras nos bañamos en la misma tina con espuma y leemos un libro de nuestro escritor favorito, y te dije que cuando tenía catorce años soñaba con conocer al amor de mi vida, de quién tanto la luna me había hablado y que por las noches fantasiaba a con poder recostarme a ver en compañía del hombre que me amaría como nunca amó a nadie, pero que alguien lo amara de tal manera que cambiará su vida por siempre. Y sin dejarme terminar ezbosaste una ligera sonrisa y me pediste que continuara y una lágrima recorrió tu rostro del lado derecho y sé que querías decirme algo en ese momento y yo tan solo quería decirte lo feliz que estaba de tenerte conmigo; sin embargo, mis labios únicamente pronunciaban poesía, así que continúe diciendo lo que salía de mi alma; que mientras pasabas aquella noche bajo mi ventana pude sentir que el amor era real y que quería intentarlo contigo las veces que fuesen necesarias pues algo me decía que eres el hombre al que quiero ver cada mañana al despertar y con quién quiero pasar bajo las sábanas mis noches enteras y a estas alturas de nuestra vida, la mejor decisión que he tomado fue elegirte...
Y me besaste impidiendo que pudiera terminar mi última frase, no sé si tu beso significa todo mi palabrerío, pero si algo se siente es que en ese beso hay amor, el más sincero amor que jamás alguien podrá igualar, y comenzaste sonsteniendo mi rostro con tus manos y posteriormente encaminaste el beso a algo más que amor, e hiciste el mejor de todos los recuerdos, de todos mis recuerdos.
"Te amo", volviste a decir cuando separamos nuestros labios.
Me miraste inmutable, "gracias por cambiar mi vida" una vez dicho esto, tomaste mis manos y me miraste fijamente para posteriormente regresar a la habitación donde somos más nosotros...
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