Parece increíble que el tintero carezca de tinta, parece increíble que ni una hoja de papel se haya escrito con su tinta. ¿Jamás tuvo tinta? ¿Será acaso que todo fue imaginación...?
Hay algo más increíble que la escasez de papel y la incertidumbre del tintero y eso simplemente eres tú.

Muchas veces me sentí en esta misma mesa de color caoba, en esta misma silla alta que comienza mi estatura, en todo ese tiempo, en todas esas noches, jamás me senté a escribir de vos.

Tal vez ya era tiempo o tal vez es el efecto de esta nueva pluma color morado que me pide que escriba de amor... Que escriba de vos.

Hace tiempo me di a la tarea de ya no hablarte, de no extrañarte, de no pensar te y aquí estoy, luchando por no escribir esta carta, y escribiendo con una tinta que decías no era la correcta y que ahora con ella escribo para vos, esa es la gran paradoja, te escribo aun cuando no quiero hacerlo, porque amor, este amor para el mundo es erróneo pero para vos y para mi, este amor lo es todo.

Ha pasado mucho tiempo desde que hablamos por última vez, debo confesar que incluso hay días en que no te recuerdo, en que no te pienso, no recuerdo ni tu voz, ni tus ojos; pero con estos se vienen grandes momento a mi mente y de ahí se desborda un mar de melancolías que me obligan a volver a amarte.

Esta mesa como cada insomnio saben que debo de olvidarte, que ya no debo de escribir de ti y que solo de concentrarme en el papel y en el tintero.
Aguarda, pero el tintero siempre ha estado vacío, tan vacío... Es como si este pensamiento jamás hubiera sido plasmado...