Mer

agosto 23, 2017

Se puede ver la oscuridad, puedes palparla, sentirla y respirarla, así es el mar, la triste vida en el mar.

Todo comenzó en el momento en el que ese deseo se cumplió, de ahí todo en el mundo comenzó a cambiar. Se inició una época sin amor, sin risas, sin nadie.
Cada habitante de Zenbrel debió emigrar pues después de tantos siglos el mar empezaba a secarse.
Las estatuas comenzaban a resurgir, los templos y casas no se quedaban atrás, ellos salían a flote, a vivir, como nosotros hubiésemos querido hacer en aquellos momentos, sin embargo, lo único que podíamos hacer era quedarnos a contemplar la destrucción o alejarnos de manera que llegáramos a Rushkiedra a comenzar un nueva vida, un vida vida sin nadie, sin nada. Y es que muchos intentan llegar a esa tierra de sueño pero es nula la cantidad de quien lo logra.

Años atrás, los antiguos marinos decían "quien el mar cruza andante, sin amor, ni anhelo, el mar cruzará su alma y dará su destierro", mucha gente del mar creía que era una leyenda, hasta aquel día.
La gente comenzó a irse por avaricia por miedos, y desde ahí una vez fuera de nuestras tierras jamás se sabía de ellos, "se los llevó el mar" es lo único que se acostumbraba a oír.

Y las aguas dejaron de subir.

El día en el que acostumbramos celebrar el día de Zenbel, ese día alguien deseo desaparecer.
Todos somos hijos del mar, hijos de estas aguas y tierras, los deseos de uno son los deseos de todos. Si quieres felicidad el mar lo dará a todos por igual, si quieres muerte, también lo concederá pero todos tendremos el mismo destino.

Recuerdo a mi abuelo, solía decirme que tuviera cuidado al hablar, pues mientras me encontrara en Zenbrel lo que dijera o deseara se habría una realidad colectiva, pues al ser Dioses, el universo nos obedece y cumple al instante.

Jamás tuve algún problema por esto, jamás desee nada malo o bueno, sólo estaba, era una sirena más a quien le gustaba deambular, cantar y cuidaba todo aquello que pudiese pensar, pues si las palabras se cumplen, los pensamientos también deben hacerlo pues incluso llegan a ser más fuertes que las palabras. Así viví mi vida, hasta que el mar comenzó a secarse.

Los ancianos rumoreaban, qué en algún lugar de otro mar, había alguien ajeno y que por ello estábamos viendo esta pequeña tragedia "tarde o temprano se resolverá" solían decir, pues al parecer será muy tarde, en el momento en el que ningún tritón quede por estos lugares, pues todos ya han comenzado a marcharse después de esta jugada de la tierra. Dicen que es el fin de una época, pero realmente alguien juró dentro de Zenbrel, juró querer desaparecer del mar, que quería vivir sin poner a llorar su alma cada noche, quería ser ella, quería sentirse libre de esa magia o de esa condena, pero fue tarde.
En un momento tardío se percató que ella hizo el mar y que todo aquella que conocía lo hizo a su magia o condena, desde que deseó  esto pudo ver que sus lágrimas no eran derramadas por su alma y el mar comenzó a secarse, como sus penas y como la vida de cientos de Brelis que terminaba en ese deseo de llegar a la gran utopía mencionada.

Rushkiedra, fue una herencia de los padres de esa pequeña.
"El día en que ella dejase de amarse, este lugar los recibirá, pues aquí dejareis de depender de su reina y podrás vivir como lo que sois, Dioses".

Cuando la crisis comenzó, la gente se fue en dirección a Rushkiedra, con la esperanza de librarse de todo el pasado, sin darse cuenta que sería este mismo quien los atraparía y los haría caer en el camino.

He comenzado a nadar a través del camino, a través de la oscuridad, no hay nada, no hay nadie, no hay paraíso, tan solo estoy yo, sola, nuevamente sola, como cada mañana, esperando la compañía de las perlas y de su amor, el amor por quien aquí estoy, por quien se creó Zenbrel y por quién deseé morir hoy.

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